Falsos mitos y errores más comunes en la separación de residuos: consejos para no equivocarnos

Existen muchos mitos y leyendas populares acerca de la recolección selectiva de residuos. Esto favorece en gran medida las equivocaciones. Aquí te mostramos las más corrientes.

Deshacerse correctamente de los residuos parece muchas veces una tarea hercúlea. Por lo general tendemos a dejarnos guiar por el instinto y poner el menor esfuerzo, convencidos de que al menos hacemos algo por la causa verde. Pero no es así, pues comprometerse con esta causa requiere conocimiento y responsabilidad.

Fuente: Canva

Por esa razón hay que estar atentos a lo que consumimos en internet para evitar cometer errores a partir de la desinformación, ya que ambas cosas, la irresponsabilidad y la ignorancia, ponen en peligro al medio ambiente. No es un capricho más, sino una manera de corregir nuestro comportamiento de modo que aprendamos a respetar el mundo en que vivimos para no entregarlo a las generaciones venideras igual o peor de lo que lo recibimos.

Tal como reza un antiguo proverbio nativo americano: «No hemos heredado el mundo de nuestros padres, lo hemos tomado en préstamo de nuestros hijos». Se trata, en fin, de otra forma de narrar la historia. En este sentido, existen muchos mitos respecto de la recolección diferenciada, y puede que tú mismo hayas estado reproduciéndolos todo este tiempo. ¿Sabes cuáles son? Ahora los veremos juntos.

Recolección selectiva en profundidad

Si llegaste hasta aquí, gracias por leernos y felicitaciones: ¡Se ve que te importa nuestra Tierra! Ahora veamos cuáles son los errores que más se repiten al separar residuos.

En primer lugar, los recipientes de comida. Existe la creencia de que hay que lavarlos antes de arrojarlos al tacho. Pero no es verdad. Sea que se trate de plástico, vidrio o aluminio, los restos de comida son tan insignificantes que no perjudican la eliminación en absoluto.

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Algo similar ocurre con las cajas de pizza. Si están ligeramente manchadas, se pueden tirar al tacho para papel. Ahora bien, si están muy engrasadas, es mejor romperlas y quitarles la parte sucia, la cual se arroja junto con los residuos orgánicos.

Ahora viene la mejor parte. Si sueles dejar los frascos de mermelada remojando en el fregadero para que la etiqueta se despegue con más facilidad, te comento que no es necesario hacerlo: puedes tirar el frasco en el tacho para vidrio (siempre que sea de este material), puesto que las etiquetas se separan después del proceso de reciclaje.

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Por último, los espejos y objetos de cerámica deben tirarse en los centros de recolección municipales o comunales en caso de estar sanos. Si están rotos, puedes arrojar los pedazos y fragmentos en el tacho de material sin clasificar.

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