El verano pone en jaque nuestra libido: adiós sexo

Si disminuye el deseo, si la libido ya no es como antes, no te culpes. Tratemos de entender más la relación entre el calor y el sexo, y cómo puede afectarnos.

Sabemos que no debe haber sido un momento feliz cuando en el punto cúspide de la excitación el calor derivó en una frente sudorosa y en falta de aire. La cosa puede haber mejorado entre un espasmo y otro hasta el final.

(Foto: Canva)

No te auto-diagnostiques con una presunta falta de libido o con una llegada a la vejez como el ocaso de nuestra vida y nuestra sexualidad. Toma aire con tranquilidad y sigue leyendo. Sepamos que el calor y puntualmente este calor actual que nos lleva al borde la supervivencia y se intensificó la última semana, dificulta llevar a cabo acciones de lo más cotidianas y naturales. El sueño y el estado de ánimo también están siendo fuertemente afectados por este calor que nos pone cada vez más vulnerables afectándonos muy negativamente.

En definitiva, descansamos mal, nos sentimos peor y entramos en un círculo vicioso del cual es en extremo difícil escapar. De la misma forma que nos cuesta entrenar en verano es lógico que ocurra algo similar con el sexo. Seguimos hablando de actividad física, aunque claro, si se hace bien, puede ser bastante intensa. Pero piénsalo dos veces antes de despedirte del sexo.

La culpa es del calor. No te despidas del sexo.

“No es contigo, es con este calor”. Con alguna frase semejante podrías tranquilizar a tu pareja apelando a nada más que la verdad. Muy bonito todo el sudor y el calor de los cuerpos fusionándose en uno solo, pero sabes por qué el calor hace tan complicado el sexo?

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En invierno, el sexo puede ser una hermosa forma de entrar en calor y quemar calorías. En veranos como estos, donde se transpira al salir de la ducha, el sexo puede ser un problema. El sudor trae aparejado, lamentablemente, olores desagradables que desmotivarían hasta Rocco Siffredi. Son muchos los inconvenientes en los que pensamos.

Es por ello que una investigación llevada cabo en Estados Unidos sobre tasas de natalidad sostiene que el verano no es bueno para el sexo. A más calor, menos reproducción. Puedes hacer tus cálculos y revisar cuántas personas conoces que cumplen años en invierno para arrojar más evidencia sobre esta teoría. Pero no acaba aquí: el cambio climático tiene efectos devastadores en las bajas tasas de natalidad.

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No es determinante si hay un agotamiento general lo que genera esta situación o la contaminación del aire es la que reduce la fertilidad. La exposición desbordada al CO2 exagera la producción de serotonina que logra reducir el deseo. El punto es que el calor no ayuda en nada a la pasión bajo las sábanas.

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