Zoológicos del mundo: ¿Reconversión o cierre?

Cada vez más ciudadanos del planeta apoyan iniciativas de cierre de estas verdaderas cárceles de animales, pero ¿qué pasará con ellos cuando esto suceda? ¿Por qué existen aún los zoológicos en el mundo? 

Oso
Oso en jaula (Foto: Adobe Stock)

Con tanto encierro y estrés vivido en esta pandemia, seguramente más de una persona se habrá detenido a pensar en lo que sienten tantos animales encerrados en los zoológicos, por más interés proteccionista por el que hayan sido concebidos estos sitios. Sin lugar a dudas son las cárceles de los animales condenados a vivir fuera de su hábitat natural.

Las muertes de animales por condiciones insalubres de vida pusieron en evidencia en algunos lugares del mundo el escaso presupuesto que se destinaba a la manutención de los zoológicos. Así fueron ganando espacio en los medios de comunicación casos de maltrato animal, y se evidenció el estrés psicológico que padecen estos por vivir encerrados.

Elefante
Libro «Sin Palabras», Roger Olmos

El 90% de los animales que están en cautiverio tienen desórdenes psicológicos. La mayor parte de ellos manifiestan malestar físico y mental, siendo la única manera de expresar sus comportamientos naturales, según datos de Proyecto Gran Simio.

Leones con la mirada perdida frente a una sucia pared, elefantes hacinados en pequeños espacios balanceándose hacia atrás y hacia adelante por horas, felinos refregándose contra los barrotes y dando vueltas compulsivamente dentro de sus celdas. El gorila Harambe (Estados Unidos), Jambi el orangután (México), la elefanta Arli del zoo de Luján (Argentina), entre otros, serán recordados siempre por activistas y animalistas por haber perdido la lucha por su liberación, encontrando la muerte en estos sitios de entretenimiento.

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¿Por qué existen los zoológicos? Desde la colección de animales a la concientización ciudadana

Los zoológicos comenzaron a existir a finales del siglo XVIII en la época de la reina Victoria de Inglaterra como colecciones de animales pertenecientes a la corona, y se expandieron en otros lugares a principios del siglo XIX. Posteriormente en el siglo XXI la existencia de estos sitios estaban vinculados a la investigación y reproducción en cautiverio e incluso fueron fundamentales para avanzar en estudios de nutrición animal y medicina veterinaria.

En la década del 80, el interés por conservar zoológicos y acuarios en las ciudades tenía fines educativos para enseñar sobre las características que presentan las distintas especies y concienciar al público sobre aspectos de la vida animal. Estos establecimientos también fueron lugar de investigaciones de la comunidad científica para el estudio de la conservación de especies en peligro de extinción.

Orangután en jaula
Orangután en jaula (Foto: Adobe Stock)

Más allá de las buenas intenciones que supuestamente llevaron a la creación de estos centros de cautiverio animal, no sólo no han evolucionado con el paso del tiempo sino que continúan siendo un símbolo de la cosificación que los humanos realizan sobre la naturaleza: un catálogo vivo detrás de los barrotes.

La Asociación Mundial de Zoológicos y Acuarios (WAZA) es la entidad mundial que los nuclea y que provee apoyo financiero a las instituciones zoológicas que forman parte de su red. Fue creada para preservar especies en riesgo de extinción provocado por el cambio climático, la caza ilegal de fauna silvestre y la degradación de los hábitats; sin embargo miles de ciudadanos del mundo perciben que su acción es insuficiente a costa del sufrimiento de los animales en cautiverio.

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Ciudadanos del mundo piden la reconversión o el cierre de los zoológicos

Argentina:

Greenpeace promueve reunir firmas en una carta abierta al presidente Alberto Fernández para la “Reconversión de todos los zoológicos de Argentina” con el fin de reubicar a todos los animales que sean liberados en sus hábitats naturales y que, en el caso de que esto no sea posible, sean destinados a santuarios. También se pide por la instalación en territorio argentino de santuarios o áreas que sean declaradas reservas naturales como la “Reserva de Monos Carayá”, situada en las Sierras de Córdoba.

Puedes firmar la petición aquí: Greenpeace Argentina

En Córdoba, el Concejo Deliberante de esa ciudad realizó una audiencia pública ante el pedido de un grupo de ciudadanos a raíz del conocimiento de 13 denuncias por maltrato animal para que se evalúe el cierre progresivo del zoológico. El municipio le quitó la concesión del terreno a la empresa que explotaba el negocio del zoológico y actualmente se avanza en el proyecto para convertirlo en un Parque de la Biodiversidad que funcionará como reserva para los animales que viven en el lugar.

Zorro en jaula
Zorro en jaula (Foto: Adobe Stock)

México:

El Proyecto Gran Simio tiene su origen en España y cuenta con representaciones en al menos 10 países, hecha raíces en México después de la muerte de Bantú, el gorila más popular del país que recibía gran cantidad de visitas en el Zoológico de Chapultepec por una reacción ante la dosis de anestesia suministrada para ser trasladado a otro zoológico con fines reproductivos.

Proyecto Gran Simio México realizó una consulta ciudadana para determinar si es necesario cerrar el Zoológico de Chapultepec, aún se esperan sus resultados; entretanto el Gobierno de México decidió invertir 100 millones de pesos (USD 4.870.000) para mejorar las condiciones de los zoos de Aragon y Chapultepec.

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España:

Zoo XXI es una propuesta internacional que plantea transformar los zoológicos del mundo en lugares de recuperación de fauna autóctona y rehabilitación de animales heridos, incautados y rescatados, partiendo de la idea de que el cierre definitivo de los zoológicos no es una solución que podamos encarar a corto plazo, debido a aquellos animales que aún viven allí y no pueden trasladarse a otros lugares.

Proponen enriquecer las condiciones ambientales, eliminar jaulas, que las decisiones se tomen con participación ciudadana y generar espacios educativos que aborden a los animales como seres sintientes.

El cambio ya está en marcha desde el mismo momento en que se toma consciencia y provoca movilización. Aunque sería muy idealista, pero poco realista, cerrar todos los zoológicos del mundo sin tener en cuenta soluciones intermedias que garanticen una buena calidad de vida de los animales que aún quedan allí.

La solución está no solamente en manos de los zoológicos: se necesita un cambio integral que cuestione a toda institución que implique maltrato, sufrimiento o daño hacia los animales

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