Antropocentrismo versus biocentrismo: sin tiempo para más debate

Los recursos naturales del planeta se agotan mientras sigue el enfrentamiento del antropocentrismo versus biocentrismo. Es urgente posicionarnos por defender la vida en la Tierra.

La urgente necesidad de cambiar nuestra visión respecto a la naturaleza
Los grandes problemas ambientales nos obligan a cambiar nuestra relación con la naturaleza. (Foto: Adobe Stock)

Los humanos nos hemos sentido históricamente dueños del planeta y así hemos vivido, llegado al punto de sacarle más de lo que nos puede dar. Deforestación, contaminación ambiental, hambre, miseria, enfermedades y la desaparición de ecosistemas y de la biodiversidad son algunas de las consecuencias que estamos pagando todos en la Tierra.

Frente a esto, organismos como las Naciones Unidas sostienen propuestas como los Objetivos de Desarrollo Sostenible para intentar transformar al mundo en la próxima década. Jóvenes a lo largo del mundo luchan contra el cambio climático dentro del movimiento estudiantil Fridays for Future. Emprendedores y grandes empresas se preocupan cada vez más en elaborar tecnologías que sean menos dañinas para el medioambiente.

Todo indica que nos hemos dado cuenta de que hay que tomar decisiones y realizar acciones. Ahora mismo. Por eso, urge cambiar la visión que tenemos sobre nuestra relación con la naturaleza. Debemos movernos del lugar que nos posiciona como dueños hacia otro que nos haga parte de ella.

El cambio implican pasar de una concepción antropocéntrica a una ética biocentrista. Los términos suenan complicados, pero en esencia no lo son. Aquí explicamos de qué se trata el debate antropocentrismo versus biocentrismo.

Los seres humanos y nuestro antropocentrismo

Cuando comenzó a desarrollarse con más fuerza el capitalismo, tras la Revolución Industrial, la explotación de los recursos naturales tomó un ritmo vertiginoso. El desarrollo paso a ser sinónimo de progreso y, casi sin preverlo, comenzaron a gestarse los grandes problemas que tenemos hoy. Los modelos de desarrollo económicos y políticos no contemplaron la sostenibilidad.

El progreso, a su vez, pasó a ser sinónimo de producción y consumo. Así, la sobreexplotación de la naturaleza se basó en una visión antropocéntrica, que posiciona al ser humano como el centro del universo por el hecho de tener la capacidad de razonar y de actuar.

En esta postura, las personas quedamos separadas del entorno natural que nos rodea, en una posición de superioridad. Esto es lo que habilita la extracción ilimitada de los recursos que el planeta puede dar.

Se priorizan los bienes y servicios de consumo de manera irracional y compulsiva. Las necesidades humanas están ligadas a la riqueza y a la acumulación de bienes materiales. El siguiente video describe de mejor manera nuestro antropocentrismo:

Biocentrismo, una ética necesaria para sobrevivir

En contraposición al antropocentrismo se encuentran los reclamos de ambientalistas, animalistas, científicos y movimientos sociales, que proponen un cambio de paradigma. Es decir, que los humanos dejemos de creer que la naturaleza nos pertenece y que nos dará recursos infinitamente.

Esta es la visión biocentrista o ecocentrista. Esta considera que los humanos somos un miembro más de la naturaleza. No somos superiores, ni tenemos derecho a hacer uso y abuso del mundo natural, sea este animado o inanimado.

Esta concepción biocentrista resulta indispensable para un desarrollo sostenible. Implica cambiar el paradigma de “tener” por el de “ser parte». Lo que está en el centro son todas las vidas que hay en la Tierra.

(Foto: Nikola Jovanovic – Unsplash)

Términos como progreso, desarrollo, bienestar o riqueza deben ser resignificados y ser entendidos como distribución de la riqueza y equidad social para alcanzar la felicidad de la población.

Una necesaria evolución (y eco revolución)

El tiempo para debatir antropocentrismo versus biocentrismo ya pasó.

El contexto actual del planeta nos obliga pasar de una visión que prioriza al ser humano como el único ser digno de reconocimiento. El enfoque antropocentrista está agotado, la naturaleza nos lo demuestra cada día.

Abrazo
En la visión biocentrista, las personas formamos parte de un todo con la naturaleza. (Foto: Ej Agumbay -Pexels)

El enfoque debe ir hacia una nueva ética que respete a la tierra y la diversidad de formas de vida que existen en ella. Y reconocer los derechos de la naturaleza y de los animales, compuestos por un valor inherente del derecho a la vida.

Les hemos faltando el respeto y nos hemos creído siempre superiores. Ya es hora de que demos el paso hacia el cambio.

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