Carne artificial, ¿el alimento del futuro sin daño ambiental?

La ciencia creó carne cultivada, libre de sufrimiento animal y una solución a los problemas ambientales por la cría intensiva de ganado.

cultivo celular de tejido
Singapur aprueba la venta de carne artificial de pollo. (Foto: Club de Capitales)

¿Consumir carne de pollo o huevos sin molestar a las aves es posible? Sí lo es. Por ejemplo, Singapur autorizó la venta de carne de pollo artificial luego de que su Agencia de Seguridad Alimentaria aprobara el consumo de nuggets en los restaurantes.

La rama de la ciencia que se atribuye este logro es la Biotecnología. Más específicamente, la agricultura celular que se encarga de la producción de productos agrícolas en base a cultivos celulares, utilizando procedimientos propios de la medicina regenerativa.

Todo un invento disruptivo que causará cambios profundos en la industria de la carne. Y es que la carne artificial es una solución para atacar los problemas ambientales causados por la cría intensiva de ganado bovino. O aves de corral, en este caso.

Se estima que en 15 años podría dejarse de explotar a animales y detener su matanza para el consumo de proteína. Esto podría detener el irreparable daño ambiental producido, cuya consecuencia directa es el calentamiento global.

Según datos de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO por sus siglas en inglés), a nivel mundial, la emisión de gases de efecto invernadero (GEI) producidos por la industria de la carne representa el 14,5% de las emisiones generadas por los humanos.

¿Qué es la carne artificial o cultivada?

La biotecnología hizo realidad la posibilidad de crear tejidos animales para consumir como alimento. Básicamente, la carne artificial es eso: un tejido desarrollado a partir de células animales, por ejemplo células de pollo, cuyo crecimiento es inducido por cultivo celular.

Lo que se consumirá, entonces, proviene de un organismo vivo. La carne artificial se crea a partir de la extracción de tejido muscular o de células madre embriónicas del animal, al que se le inyecta una proteína que posibilita su crecimiento controlado dentro de un biorreactor.

Si bien en Singapur ya puede consumirse, en otros países existe una verdadera carrera por avanzar en la producción de la carne de laboratorio. Por el momento, en muchos lugares del paneta aún no está definido el campo de regulación legal para que llegue a las góndolas del supermercado.

 

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