Preocupación por el descontrol de la pesca ilegal en el Agujero Azul

La pesca ilegal de calamar se extiende en el límite del mar argentino. Especialistas advierten sobre daños ambientales y económicos. 

Un embarcación de pesca ilegal levando sus redes de arrastre (Foto Greenpeace).
Un embarcación de pesca ilegal levando sus redes de arrastre (Foto Greenpeace).

Las imágenes desde el aire impactan. Es como ver una ciudad en plena noche, pero en el medio del océano Atlántico. Se trata de los barcos dedicados a la pesca ilegal, que está descontrolada en el límite del mar argentino. Y las imágenes aéreas y satelitales dan cuenta de ello.

Desde mediados de febrero, una flota de más de 400 embarcaciones pesqueras arribaron a una zona del océano, conocida como el Agujero Azul, para extraer toneladas de calamares. El área es refugio de una importante biodiversidad que corre riesgo por el extractivismo desmedido.

Según reportes de las autoridades argentinas, se trata de embarcaciones pesqueras provenientes de China, Taiwan, España y Portugal que operan de noche. La luz que emiten los barcos es para atraer a los calamares.

La zafra del calamar (la temporada de pesca) comenzó en Argentina el 17 de enero y se extiende hasta mediados de año. Estos mismos buques pesqueros ya estuvieron operando en zonas oceánicas próximas a Ecuador y Chile.

Una ciudad flotante más brillante que Buenos Aires

Desde la organización Greenpeace informaron que en la zona hay cerca 470 barcos. Entre ellos hay cuatro buques tanques -que abastecen de combustible a los pesqueros y que tienen el tamaño de estaciones de servicio- y ocho buques frigoríficos «que reciben la captura de los pesqueros para transportarlas al país de destino final sin ningún control».

Según detalla Greenpeace, la flota emite una luminosidad mayor al área metropolitana de la Ciudad de Buenos Aires (el aglomerado urbano más grande de la Argentina). Así se observa en imágenes satelitales proporcionadas por la Nasa.

Las embarcaciones pesqueres emiten más luminosidad que la capital de la Argentina (Foto Greenpeace).
Las embarcaciones pesqueras emiten más luminosidad que la capital de la Argentina. (Foto: Greenpeace)

Los volúmenes de la pesca ilegal

El extractivismo desmedido es una amenaza para vida marina de este ecosistema. Desde la Cámara de Armadores Poteros Argentinos (pesqueros de calamares registrados en ese país) indicaron que cada barco puede pescar entre 10 y 20 toneladas de calamares por día.

Según estimaciones de esta Cámara, en un mes la flota ilegal habría pescado 180 mil toneladas de calamaras. Este número supera a la pesca anual de calamares en Argentina, estimada en 170 mil toneladas.

Greenpeace destaca que 177 embarcaciones argentinas operan en una superficie marítima de un millón de kilómetros cuadrados. los 470 barcos pesqueros ilegales operan en una superficie de tan solo 5.000 kilómetros cuadrados.

El problema de la milla 201

La pesca ilegal no sólo genera perjuicios ambientales, sino también económicos. La actividad ocurre justo en el límite ente el mar argentino y aguas internacionales. La actividad perjudica a los pesqueros argentinos, que operan registrados y bajo regulaciones en la Zona de Económica Exclusivaa (ZEE) de Argentina.

Desde la cámara resaltan que esta depredación puede generar una caída de precios de la exportación de calamar. Esto perjudica al comercio exterior de ese país, donde los costos de operación por los impuestos son mucho más elevados, por lo que denuncian «competencia desleal».

La pesca ilegal de calamares genera un grave daño ambiental (Foto Greenpeace).
La pesca ilegal de calamares genera un grave daño ambiental. (Foto: Greenpeace)

La ZEE argentina se extiende desde las costas del país hasta la milla 200 mar adentro. Pese a las penalidades existentes a embarcaciones extranjeras por operar dentro de esos límites, desde la milla 201 en adelante «es zona de nadie», denuncian desde la cámara.

Regulación y protección de aguas internacionales

Mientras tanto, desde Greenpeace reclaman que se debe cerrar con celeridad el Tratado Global por los Océanos en Naciones Unidas. Esto hará que se creen santuarios en aguas internacionales para proteger la biodiversidad.

Luisina Vueso, coordinadora de la Campaña de Protección del Mar Argentino de Greenpeace, indicó que Argentina está trabajando en un proyecto de ley para la creación de un área marina protegida bentónica en el Agujero Azul. Esta sería una primera medida para asegurar la protección del mar argentino, su rica biodiversidad y sus ecosistemas.

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