Existe una combinación de amenazas ambientales. Es necesario proteger y restaurar los hábitats de los peces de agua dulce.
¿Sabías que la importancia de los peces de agua dulce está subvalorada? Según el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF), su aporte es enorme para la existencia humana y, a pesar de ello, uno de cada tres peces de agua dulce está en peligro de extinción.
El informe Los peces olvidados del mundo, publicado por la WWF junto a 16 organizaciones proteccionistas mundiales, alerta sobre la amenaza que rige sobre 18.075 especies de agua dulce.
Sin contar al cambio climático dentro de las amenazas ambientales, más de la mitad de las especies de peces del mundo y una cuarta parte de todas las especies de vertebrados de la Tierra se encuentran en peligro.
La riqueza que aportan los peces de agua dulce en términos de desarrollo de comunidades y países del mundo es incalculable. Sin embargo, no es menos importante su aporte de vida al planeta. La diversidad de especies garantiza la existencia y salud de los ecosistemas de humedales, ríos, manglares, lagos y otros acuíferos.
“En ningún lugar la crisis de la naturaleza mundial es más aguda que en nuestros ríos, lagos y humedales. Y el indicador más claro del daño que estamos haciendo es la rápida disminución de las poblaciones de peces de agua dulce. Son la versión acuática del canario en la mina de carbón”, advirtió Stuart Orr, líder mundial de agua dulce de WWF.
Fuente de desarrollo de economías locales y países
Para poder visualizar mejor su importancia, la fundación proporciona un dato contundente: la pesca en aguas dulces provee trabajo a 60 millones de personas y representa una fuente alimenticia de proteínas para 200 millones de personas en Asia, África y América del Sur.
La WWF hizo un fuerte llamado a las administraciones políticas al considerar que “los peces de agua dulce se olvidan invariablemente y no se tienen en cuenta en las decisiones de desarrollo sobre represas hidroeléctricas o uso del agua o construcción en llanuras aluviales”.
Existe una “devastadora combinación de amenazas” sobre los ecosistemas de agua dulce y sus poblaciones: creciente desaparición del hábitat por obras públicas y privadas como represas hidroeléctricas, extracción excesiva de agua para riego y contaminación acuífera.
Explotación desmedida y prácticas ilegales
¿Podemos visibilizar y tomar conciencia del uso humano que se le destina a los peces? Hay industrias que facilitan la captura de ejemplares vivos para consumos exóticos y comercialización. Esto motiva las prácticas ilegales en algunos países, para un consumo que no representa una demanda de primera necesidad.
Además, los peces se encuentran amenazados por la sobrepesca y las prácticas destructivas o la introducción de especies invasoras no autóctonas de emprendimientos ictícolas. También por la extracción de áridos del fondo de los ríos.
Sin olvidar los delitos contra la vida silvestre y la falta de control gubernamental. Una de estas prácticas inadmisibles es la comercialización de peces ornamentales o como mascota, que fomenta el tráfico ilegal de especies en peligro de extinción. Esto atenta contra la diversidad en regiones como Sudamérica, América Central y el Caribe.
También existe un vacío legal en algunos países. En Brasil es posible adoptar un animal o especie en extinción; su tráfico es ilegal, pero su comercialización es apta en el caso de que provenga de criaderos o haya sido criado en cautiverio. Tampoco hay monitoreo ni control.
La biodiversidad del agua dulce está disminuyendo al doble de la tasa de los océanos y bosques. A pesar de ello, aún hay esperanza. Se espera que esta problemática sea tratada por primera vez en la conferencia de la Convención de las Naciones Unidas sobre la Diversidad Biológica (CDB) que se realizará en mayo en Kunming, China.
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