Trabajadores de la Tierra: “Queremos cortar las cadenas de la industria”

La Unión de Trabajadores de la Tierra es una organización argentina que une a miles de productores que promueven la agroecología.

Unión de Trabajadores de la Tierra
La Unión de Trabajadores de la Tierra se distribuye por toda Argentina. (Foto: Instagram @trabajadoresdelatierra)

“Somos el campo que alimenta al pueblo”, afirma la Unión de Trabajadores de la Tierra (UTT) en todos sus almacenes y publicidades. Rolando Ortega, uno de sus delegados regionales, habló con Ecocultura para contarnos cómo comenzó esta agrupación en Argentina y cómo se logró el alcance que hoy tiene en todo el país.

La UTT tuvo un gran crecimiento desde que se formaron las primeras bases en el 2010. Rolando nos cuenta que son más de 17 mil familias de campesinos y productores agrícolas a lo largo de Argentina. Están organizados en bases regionales con delegados en cada una, y toman todas sus decisiones por medio del voto a mano alzada en las asambleas.

Hay mucho esfuerzo de familias enteras produciendo en el campo, en temperaturas y en ambientes que son hostiles. Dependemos mucho de la naturaleza”, asegura Ortega. Por eso para ellos, lo más importante es que la gente los reconozca.

Consciente de un desigual sistema de producción -en el que pierde quien produce y quien consume-, la organización denuncia que hay un 400% de diferencia entre lo que pagan los consumidores y lo que reciben los productores.

Por ello, para poder vender sus productos, tuvieron que armar su propia red y organizar el transporte hacia ferias y almacenes que abrieron con mucho esfuerzo en distintos lugares del país. En todos ellos vemos sus mensajes: “productos agroecológicos del productor al consumidor”, “soberanía alimentaria” o “justicia alimentaria”, entre otros.

Los alimentos que vende la UTT tienen precios justos porque se evitan las especulaciones y los intermediarios, que encarecen la mercadería.

Los “verdurazos” como modelo de protesta

Una de las formas de protesta que adoptaron fueron los “verdurazos”, que los diferenció de lo que ellos llaman “el otro campo”. A éste pertenecen las grandes empresas que solo buscan el rédito económico, y no el cuidado y respeto a la tierra.

Un «verdurazo» es la antítesis de un modo de protesta que realizaron en el pasado grandes empresas, por ejemplo, derramando camiones cisternas repletos de leche.

Rolando nos cuenta que ellos no querían desperdiciar alimentos que tanto cuesta producir, ni generar malestar en la población. Por eso, comenzaron a donar sus verduras a comedores y escuelas, para terminar posteriormente en la donación de sus productos en eventos que llamaron “verdurazos”, en puntos centrales de Argentina.

Aquí vemos uno de esos eventos, donde más que pequeños productores aparecen actores sociales con demandas específicas, pero sin perder la solidaridad.

La ley de acceso a la tierra

Una de las grandes luchas de la UTT es conseguir la Ley del Acceso a la Tierra, proyecto que presentaron al Congreso para poder adquirir tierras con créditos blandos que les permitan dejar de alquilar. La UTT denuncia que la mayor parte de las tierras están concentradas en pocas manos, y es muy difícil pagar los alquileres.

Las tierras, la semillas, los venenos y fertilizantes hacen que todo el círculo gire en unos pocos, señala Rolando. “Queremos cortar las cadenas que formaron a través de los años y de su dinero”, dice. De allí que toda la organización funcione de manera cooperativa con distintos fines.

Por ejemplo, alquilan tierras entre varias familias. También acceden a las semillas -aunque Rolando confiesa que tienen muchas trabas para adquirirlas- y hasta tienen su propia biofábrica donde hacen fertilizantes naturales, como lo hacían sus antepasados. Con ello, logran reemplazar a los agrotóxicos, cuidar la tierra, y la salud de ellos y de la población.

“Los alimentos que producimos son fruto de nuestras manos callosas y de nuestro trabajo”, manifiestan. Desde sus inicios, creen que otro modelo de producción es posible: «una agroecología sana para la tierra, para quien produce, para quien consume, y libre de trabajo explotado y de las multinacionales”.

Podríamos resumir todo su trabajo con este video: “Este es el verdadero campo que alimenta”.

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